¿EL PERDÓN?


Cumpleaños de P., uno de los mejores días de mi vida. Suena el teléfono. Lo coge P.; son sus padres. Habla durante un rato con ellos, un rato bastante largo. No parece una felicitación al uso. 

Cuando cuelga le pregunto qué tal y me dice que bien, que sus padres le han dicho que lo sienten, que quieren normalizar la situación. Me han invitado a comer. Yo, evidentemente, no voy; antes tienen que resolver entre ellos tantas cosas... 

Así que, se va P. a comer con ellos. Y cuando vuelve, me cuenta la conversación. Le han pedido perdón por todo, han reconocido lo mal que lo han hecho y más o menos le han explicado por qué actuaron así. Quieren que las cosas se arreglen y podamos tener una relación normalizada. Para ello se comprometen a restablecer la confianza perdida con P. 

Yo me alegro mucho, pero desconfío enormemente y pongo mis condiciones. Yo también necesito tener una conversación a fondo con ellos. P. me pone pegas; no quiere alterar algo que, por ahora es tan frágil. Pensamos, entonces, cuál sería la mejor forma de hacerlo. De momento, les toca a ellos mover ficha e iniciarlo todo; a eso se han comprometido. 

Así que, esperamos, y esperamos, y esperamos, y esperamos... Y no ocurre nada de nada. No vuelven a hablar del tema, ni a mostrar interés alguno por restablecer absolutamente nada. P. tiene tal hartazgo que se niega a recordarles su compromiso. 

Ha pasado más de un año y el silencio se mantiene intacto. Y yo sigo sin salir de mi asombro. ¿Por qué después de pedir perdón y de comprometerse a restablecer la relación se echan atrás de esa forma tan devastadora? Este ha sido, sin duda, uno de sus ninguneos más crueles y absurdos. Creí que sería imposible, pero a día de hoy, me desbordan un poco más. 

P.D. Se aceptan y agradecen vuestras teorías sobre por qué no han formalizado su compromiso. 



Comentarios

  1. Puede que haya miedo o vergüenza por parte de los otros, pueden que estén esperando un paso o una muestra de que el perdón ha sido aceptado. Es solo un apunte de otras muchas posibles soluciones o no.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Emilio Manuel! Puede ser... Aunque P. les dejó bastante claro que el perdón había sido aceptado. No sé, estas personas me desconciertan mucho... Muchas gracias por tu comentario y un fuerte abrazo.

      Eliminar
  2. Lo que dice Emilio es posible, pero yo tengo una teoría un tanto pesimista para estos casos. Sin ánimo del malmeter, mi teoría vendría a decir así: el verdadero "lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir" o las verdaderas disculpas todavía no se habrían dado, y por lo tanto aún no podría darse su correspondiente perdón (en cualquier caso libre, no forzado). Las personas por regla general esperan ser perdonadas saltándose este primer paso, e incluso acusando de rencorosas a quienes no aceptan sus supuestas disculpas. Pero aquí pasa como en política y en tantos otros ámbitos. Un político hace un comentario machista y dice que pide disculpas, sí, pero añade: "Si he ofendido a alguien", lo cual quiere decir que no pide disculpas por lo que ha dicho o por haberse equivocado, sino por las emociones o reacciones que haya podido provocar. Pues bien, creo que en las familias pasa algo similar. Normalmente pedimos un pseudoperdón para rebajar la tensión y para dejar claro que no queremos hacer daño, que no era esa nuestra intención, pero de ahí a la auténtica rectificación hay un trecho. Por eso, pasado un tiempo los viejos patrones de comportamiento tienden a repetirse. O mejor dicho, tienden a seguir ahí, porque nunca se habrían ido. Cambiar es mucho más difícil que pronunciar unas palabras. El movimiento se demuestra andando, etc.

    Un abrazo :o)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hugo, me convence tu teoría. Tiene una coherencia impecable. Y no me parece pesimista; simplemente es lo que es. El caso de los padres de P. queda explicado con ella. Muchas gracias por haberla incluido. ¡Besos!

      Eliminar
  3. Quizá no sepan cómo actuar y recurren a lo más fácil: dejarlo correr. (Táctica habitual de Mariano Rajo, por cierto. Perdón por la cuña política)Tarde o temprano se pronunciarán y una de dos, o siguen con su humillante tónica o de verdad intentan mejorar. Como nada es fácil, sobre todo a una edad, si es la segunda, que esperemos que lo sea, paciencia y pasito a pasito. Si vuelven a las andadas, que les den.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, tu cuña me ha encantado, Juli. Pues resulta que los padres de P. son bastante jóvenes y se supone que progresistas de izquierdas. Pero, claro, cuando resulta que tus hijos no son como tú quieres que sean, ay amigo, a la mierda la convicciones profundas. Flipo con la coherencia y honestidad de la gente. ¡Un besazo, Juli!

      Eliminar
  4. El comportamiento de los padres de P. es digno de un Expediente X. Tal vez no saben que paso dar después del perdón. O esperan que seáis vosotras las siguientes en dar un paso. Sea como sea, es muy raro ese silencio.
    Yo no me fiaría...

    ¡Un abrazo enorme!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Hiro! Desde luego, un Expediente X en toda regla. Hubiera preferido mil veces que se hubieran mantenido como siempre a que ofrezcan un perdón tan desconcertante. En fin... ¡Hiro! Echo mucho de menos tus entradas. Espero poder leerte muy prontito. ¡Un besazo!

      Eliminar
  5. En mi opinión, piensan que han dado un paso y que ahora os toca mover ficha, como que está la pelota en vuestro tejado. Es lo que yo pensaría. Sí creo que el perdón fue auténtico, porque si no, no hubiera tenido sentido esa conversación. Pero han de ver voluntad de encontrar solución al problema en la otra parte. Vale que asumieron un compromiso, pero la predisposición por ambas partes es fundamental.
    Es solo mi parecer, ¿eh, D.P.? ya que admitías sugerencias...
    Un beso, y ojalá llegue pronto la solución.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Chelo! Muchísimas gracias por escribir tu opinión; la valoro un montón. En este caso, te diría que la predisposición por nuestra parte ha sido total. Sólo estamos esperando a que los padres de P. acaben con los ninguneos y hagan algo para recuperar su confianza. Pero no hay movimiento alguno; ni nos nombran, ni preguntan nada. Es como si se hubieran olvidado de su compromiso. Y P. ha hecho ya tanto, que se niega a hacer también la parte que les corresponde a ellos. En fin, a ver qué pasa finalmente. ¡Un fuerte abrazo!

      Eliminar
  6. https://cuandopaulnaschymordiolavida.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  7. Hola DP se entiende la desconfianza porque son varias las veces que no ha resultado tal como habíais pensado y os han acabado fallando, sobre todo a tu pareja.

    A mi me gusta suponer siempre la mejor de las intenciones, para pensar mal y decir adiós siempre se está a tiempo. Supongo que dar el paso que dieron les costó y por tanto supongo que quieren que P sea feliz y eso me parece positivo. A veces uno espera que el otro de el siguiente paso porque cree que él ya lo ha dado y el otro espera otro paso más y se convierte en algo que sigue sin solucionarse.
    Preguntaros, ¿qué queréis qué pase?¿qué estáis dispuestos a hacer o dejar de hacer? Y actuar en consecuencia para hacer aquello que os haga estar bien también a vosotros porque de momento, no sé si lo habéis conseguido. A veces se trata de hablar mucho, de todo, sin juzgar por ninguna de las partes, olvidar lo pasado y perdonar de verdad y si no se puede, toca hacer borrón pero de verdad y dejar de reabrir las heridas cada cierto tiempo.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Conxita, muchísimas gracias por este comentario. Me resulta de mucha utilidad, especialmente las preguntas que has formulado en el mismo. Te lo agradezco infinitamente. A ver qué se puede hacer... Ya te contaré. ¡Un fuerte abrazo!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

DÍA MUNDIAL DE LA FILOSOFÍA

MONTAIGNE Y LA MORALIDAD DEL SUICIDIO

CENUTRIO