EL PROFESOR DE HISTORIA

  


Hace unas semanas, mientras comía en el trabajo, escuché la conversación de unos compañeros en la mesa de al lado, que me caló hondo. Sí, soy cotilla por naturaleza y siempre me recuerdo curioseando, no lo puedo evitar. Pues bien, una profesora les estaba comentando a otros dos profes, uno de Historia y otra de Inglés, que les iba a proyectar a sus alumnos unos anuncios para tratar el tema del machismo en la publicidad. Al hilo de esto, la profesora de Inglés contó lo impresionada que se quedó cuando escuchó en un programa de la tele el testimonio de una mujer maltratada, que había estado en una relación perniciosa durante más de cinco años sin darse cuenta de lo nociva que le resultaba. 

La experiencia que más le había impactado fue una en la que la mujer maltratada estaba con su novio y unos amigos de este (ella ya no tenía amigos propios, porque su novio se había encargado de aislarla de ellos); uno de los amigos contó un chiste que a ella le hizo bastante gracia, así que se empezó a reír. En ese momento, el novio, por debajo de la mesa, cogió la mano de la chica, y sin que nadie se diera cuenta, le apagó un cigarrillo en la palma. Lo más impresionante es que ella no dijo nada de nada; ni una queja, ni un cambio en la expresión; nada. Y contaba que ni siquiera le dio importancia en el momento; fue más adelante cuando se dio cuenta de que había sido una agresión en toda regla. 

La profesora siguió contando a sus compañeros más agresiones que había sufrido esta mujer. Y cuando había terminado, el profesor de Historia espetó: “Pero, ¿por qué era maltratada?”. Las dos profesoras se quedaron mirándolo y una de ellas le preguntó a su vez: “¿A qué te refieres con que por qué era maltratada?”. Esta pregunta no venía sino a evidenciar la incredulidad de la profesora al darse cuenta de que lo que estaba insinuando el profesor de Historia es que la mujer tenía parte de culpa por ser maltratada. Y es que existe el prejuicio generalizado de que si una mujer es maltratada es porque ella ha contribuido a crear esa situación y que, si quisiera, podría cortar con la pareja que le está haciendo daño. Como si fuera tan fácil, no te jode. 

El caso es que el profesor, dándose cuenta de que no estaba siendo políticamente correcto, intentó zafarse del asunto, no sin terminar diciendo que las mujeres también eran muy machistas, incluso más que los hombres. En ese punto de la conversación yo ya estaba echando chispas por los ojos, pero mi combustión se completó, cuando el profesor de Historia, repito, EL PROFESOR DE HISTORIA, dijo lo siguiente: “Es que los hombres que no somos machistas, no sabemos muchas veces dónde situarnos.” A lo que una de las profesoras, sabiamente, respondió: “Bueno, la cosa está clara; esos hombres seréis feministas”. 

Ahora viene lo mejor (por no decir lo más lamentable) de la conversación. Va el PROFESOR DE HISTORIA y suelta: “Pero eso no puede ser; si no soy machista no puedo ser feminista porque una cosa es la contraria de la otra”. Las dos profesoras se quedaron estupefactas y una de ellas replicó educadamente: “No, hombre, no, el feminismo es el movimiento que defiende la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, no la superioridad de la mujer sobre el hombre; lo contrario al machismo es el hembrismo”. En ese momento, sentí cómo el PROFESOR DE HISTORIA se avergonzaba en silencio, y digo en silencio porque desde fuera consiguió hacer creer que su equivocación no había tenido ninguna importancia, ya que cambió hábilmente de tema y no pareció inmutarse. Pero fue precisamente ese intento de evasión (y ciertas expresiones corporales no verbales) lo que evidenció aún más su sentimiento de vergüenza. 

Yo, por mi parte, no me podía creer lo que acababa de presenciar. ¿Un PROFESOR DE HISTORIA que no sabía lo que era el feminismo? Desbordamiento máximo. Ante este panorama, no es de extrañar que en España, una mujer sea violada cada ocho horas y que sean ya 37 las mujeres muertas en 2016 por culpa de la violencia machista. ¿Quién está enseñando a los adolescentes que los hombres y las mujeres somos iguales en derechos y que el respeto está por encima de cualquier condición e índole social, cultural, sexual, etc.? En este caso, un profesor que no sabe lo que es el feminismo y que culpabiliza a la mujer de ser maltratada. Ole sus cojones.

Comentarios

  1. Hay mucha gente, lamentablemente, que no tiene ni idea de lo que es el feminismo. Escribí un largo, y espero que clarificador artículo en mi blog, sobre su significado y luego lo publicité en Facebook. Pues bien, mucha gente, que una pensaba que conocía el concepto porque manifestaba cierta cultura, me demostró que ni idea. Hay muchos empecinados en desvirtuar su significado.

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    1. Desde luego. No sé qué pasa con el feminismo que resulta tan sospechoso y cuestionado. Percibirlo como una amenaza y atacarlo me parece un error estrepitoso. ¡Estoy deseando leer tu artículo! A ver si lo encuentro.

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