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Mostrando entradas de agosto, 2017

LA CONFIANZA DA ASCO

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Hay algo en mi vida que me avergüenza profundamente; es una mácula con la que tengo que lidiar y que aún no he conseguido borrar del todo. Cuando era más joven (digamos que a los dieci pocos), tenía clarísimo que a mí jamás me pasaría lo que, supuestamente, decía todo el mundo que ocurría inevitablemente en la relación con los demás: que cuanto más conoces a alguien y más confianza tienes con él o con ella, más te permites el lujo de faltarle al respeto, vamos que, como reza el título de esta entrada, la confianza empieza a dar un ascazo del copón.  Pues bien, yo siempre juré y perjuré que a mí no me pasaría eso. Me parecía inconcebible que pudiera empezar a tratar con menos respeto del debido a alguien a quien quisiera. ¿Por qué iba a hacerlo si era un ser querido? ¡No tenía ninguna lógica! De hecho, me parecía más coherente que mi trato no fuera tan amable o tan correcto con personas por las que no sentía ningún afecto. Pero, ¿por mis seres queridos? IMPOSIBLE. Hasta que com

DEL MITO AL CHASCO

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Hay varios relatos míticos de cómo los niños vienen al mundo. Que si la cigüeña, que si crecen dentro del estómago después de que te tragues un hueso de aceituna, que si surgen cual setas de debajo de una col (este es el que más me gusta; de hecho tengo el convencimiento de que yo vine al mundo de esta forma; de ahí mi afición por los vegetales)… Parece todo tan fácil y tan idílico en ellos… Una mierda pinchá en un palo. Tener hijos es lo más difícil del mundo. Cuando me enteré de las probabilidades de concebir mi sorpresa fue enorme; ¡sólo un 25% a partir de los 30 años! ¿En serio? Me pareció de coña. Y si a eso le sumas el hecho de que no es fácil identificar los días en los que es más propicia la concepción, la cosa está jodida.  P. y yo lo llevamos intentando tres años y no ha habido manera. Al principio, no había forma de que se diera el embarazo. Y luego, cuando sí lo hubo, no salió adelante. Una de las peores cosas que me han pasado en la vida ha sido vivir el aborto de

ENCRUCIJADA

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¿Qué se hace cuando tu pareja quiere tener hijos y tú no? Es uno de esos temas peliagudos con difícil solución. Bueno, básicamente creo que hay dos opciones: 1. Dejar la relación. 2. Tener un hijo. Yo me he decantado por las dos. Parece imposible, y lo es si las dos se dan juntas; pero no si haces primero una y después la otra.  Cuando se nos planteó esta diatriba, estábamos en un momento de la relación muy complicado. Como ya os he comentado en entradas anteriores , las consecuencias que tuvo el desbordamiento provocado por mis suegros fueron nefastas, y una de ellas fue que P. y yo rompiéramos. Pero esta no sólo fue la causa de nuestra ruptura; también lo fue nuestra discrepancia en el tema de tener o no hijos. Yo no quería y P. sí. Entre eso y que yo estaba en un momento de mi vida incompatible con el contacto íntimo con cualquier ser humano que se precie, decidimos dejarlo por un tiempo.  Fue duro, muy duro; me fui a vivir a casa de mis padres, cosa q