MI NUEVO HÉROE




Decidme una cosa, por favor, necesito vuestra humilde opinión. ¿Es esto posible? De verdad, ¡¿ES ESTO POSIBLE?! Me refiero a lo que propone Epicteto en el siguiente texto. Porque a mí me parece toda una hazaña, y si Epicteto lo consiguió, sin duda se ha convertido en mi nuevo héroe.

“¿Se puede, entonces, sacar provecho de esto? De todo. ¿Y también del que insulta? Sí. ¿Cuánto aprovecha el entrenador al atleta? Muchísimo. Pues el que me insulta se vuelve entrenador mío; entrena mi capacidad de aguante, mi docilidad, mi mansedumbre. (…) Si alguien me entrena en la docilidad, ¿no me aprovecha? (…) ¿Un mal vecino? Para sí mismo, pero para mí, bueno. Entrena mis buenos sentimientos, mi ecuanimidad. ¿Un mal padre? Para sí, pero para mí bueno. Esto es la varita de Hermes: “Toca lo que quieres –dice- y se convertirá en oro”. No, sino: “Venga lo que quieras y yo lo convertiré en un bien”. (Epicteto,  Disertaciones por Arriano, III, XX)

Venga lo que quieras y yo lo convertiré en un bien... Venga lo que quieras y yo lo convertiré en un bien... Tendré que repetirme esta frase como si de un mantra se tratase, para poder superar el próximo acceso de ira que me desborde por completo. O quizá la ira ya no vuelva nunca más... Quién sabe... Las palabras de Epicteto parecen muy poderosas…

¡Hola a tod@s de nuevo!

Comentarios

  1. Epicteto es de los grandes. Esa idea es algo que se va aprendiendo con el transcurso del tiempo (o los años, o la edad, o la experiencia, como se quiera llamar) Pero no basta con percibirlo, hay que racionalizarlo. Hasta los insultos, sin duda. Cualquier situación nos pone en la tesitura de pensar, asumir o modificar, eso es aprendizaje a mi modo de entender. Nos permite quitar hierro a lo más grave, tener mejor temple, nutrir la paciencia. Es llevar el concepto de lo relativo a la cotidianidad. A la ira, lógica pero implacable, se la puede domeñar. Como al optimismo irreal se le puede, y debe, ordenar para que no nos engañemos. En fin, no pretendía alterar el pensamiento de Epicteto, pero también sus lecturas me aportaron mucho. El tema es que hay que aplicar muchas conductas que hemos tenido (y cada cual sabrá) insuficientes para mejor vivir. Aquí no hay esoterismos, ni dioses, ni nadie que venga a procurarnos aquello que debemos procurar cada uno para nuestra estabilidad, ojalá para eso que tanto se nombra como armonía (uno es escéptico ante los conceptos excelsos)

    Disculpas por haberme alargado, pero Epicteto me llega. Y que alguien lo traiga aquí a colación me parece como poco de enjundia, y ya es mucho. Salud.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fackel, de disculpas nada. Tu comentario es de lo más enriquecedor y te lo agradezco enormemente. Estoy muy de acuerdo en que en eso precisamente consiste el aprendizaje y no me parece para nada que hayas alterar el pensamiento de Epicteto, sino todo lo contrario; has puesto de manifiesto parte de su esencia. ¡Muchísimas gracias por aportar tanto! Un fuerte abrazo

      Eliminar
  2. ¡¡¡Hola, Desbordamientos Puntuales!!!

    A mí, sinceramente, me interesa más la emoción que despierta en ti el filósofo que el propio Epicteto. ¡La cantidad de olas que ha levantado el mar desde que existe! Sin embargo, la que más me cautiva e interesa es esa que hoy contemplo y en la que me zambullo. Y esa ola en este momento eres tú (un tanto digitalizada, eso sí, pero ola al fin y al cabo.

    Salud!... y mar, mar, mar... siempre la mar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Loam, ¿te quieres casar conmigo? Jajajajaja. Porque llegas un poco tarde, que si no... Millones de gracias por este comentario. Me ha llegado al alma...

      Eliminar
  3. Vaya mensaje te han dejado, a ver que digo yo ahora, jaja. Bueno, me alegra leerte a través de Epícteto: de todo se puede sacar provecho.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto, de todo se puede sacar provecho, Gerardo. Quizá te escriba pronto para preguntarte una cosa... Ya te contaré. ¡Un fuerte abrazo!

      Eliminar
  4. buff, se puede en parte, es más, creo que es algo que a algunos les viene (no sé si incluirme) con la edad. Aprendes a relativizar, a comprender que lo que consideramos graves ofensas o desgracias son cosas nimias...

    Cada vez que me paso algo que me parece malo pienso, ojalá todo lo malo en mi vida, lo que ha pasado y lo que vendrá, pueda resumirse en eso, porque entonces puedo soportarlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me parece muy sabia tu postura, Beauséant. No tienes por qué contestar, pero, ¿cuántos años tienes? Me interesa por eso de que a veces tengo la sensación de que la edad es un criterio de sabiduría. ¡Gracias!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

DÍA MUNDIAL DE LA FILOSOFÍA

MONTAIGNE Y LA MORALIDAD DEL SUICIDIO

Y LEJOS DE TODO