ENCRUCIJADA


¿Qué se hace cuando tu pareja quiere tener hijos y tú no? Es uno de esos temas peliagudos con difícil solución. Bueno, básicamente creo que hay dos opciones:

1. Dejar la relación.

2. Tener un hijo.

Yo me he decantado por las dos. Parece imposible, y lo es si las dos se dan juntas; pero no si haces primero una y después la otra. 

Cuando se nos planteó esta diatriba, estábamos en un momento de la relación muy complicado. Como ya os he comentado en entradas anteriores, las consecuencias que tuvo el desbordamiento provocado por mis suegros fueron nefastas, y una de ellas fue que P. y yo rompiéramos. Pero esta no sólo fue la causa de nuestra ruptura; también lo fue nuestra discrepancia en el tema de tener o no hijos. Yo no quería y P. sí. Entre eso y que yo estaba en un momento de mi vida incompatible con el contacto íntimo con cualquier ser humano que se precie, decidimos dejarlo por un tiempo. 

Fue duro, muy duro; me fui a vivir a casa de mis padres, cosa que me sumió en la depresión más profunda de mi vida. Y es que, el bajonazo fue tremendo. Pasar de vivir con completa independencia a volver al hogar paterno filial, es una de las peores cosas que le pueden pasar a alguien. Al principio no estuvo mal del todo porque mis padres me ofrecieron la comodidad y el calor que necesitaba, pero una vez transcurridos varios días, la situación pasó de reconfortante a asfixiante. No sé qué le ocurrió a sus mentes, pero de pronto para ellos volví a tener 8 años y, coherentemente, me empezaron a tratar como tal. El agobio fue máximo, tanto que, a pesar de no tener ni un duro, empecé a buscar un piso o una habitación para mudarme. 

Al final no tuve que hacerlo porque, afortunadamente, P. y yo volvimos. Me di cuenta de que, sin su presencia, mi vida no tenía sentido en absoluto. Me encontraba con tal vacío, que ya no podía existir. Sólo sentía angustia por no estar a su lado y tenía la certeza de que había cometido un error inmenso al haber dejado la relación. Así que volvimos y es lo mejor que he hecho en mi vida, después de comenzar la relación. 

Pero, claro, el problema de los hijos no había desaparecido. Se nos seguía planteando esta cuestión y había que abordarla, porque, por muchas ganas que tuviéramos de volver, no serviría de nada si no resolvíamos la disyuntiva. Las opciones seguían siendo las mismas. Si yo seguía sin querer tener hijos, la relación era imposible. Pero yo no quería que la relación se acabara. Aunque tampoco quería tener hijos. ¿Qué hice finalmente? Asumir el hecho de que la relación sólo podía continuar si yo aceptaba el tener descendencia. No cabía otra y mi deseo de estar con P. era más fuerte que mi rechazo por formar una familia. 

Así que lo estamos intentando y, de momento, he sufrido más de un desbordamiento por esta causa, que espero poder relataros muy pronto.

Comentarios

  1. Vaya. Alguna vez hemos hablado de este tema. Mi pareja y yo tenemos una edad, digamos, respetable. Nunca he querido tener hijos, pero sé que a ella le hubiera gustado. Quizá sea muy egoísta en este sentido, pero estoy en mi derecho porque, por edad y estado de la maquinaria, sería la candidata a madre biológica, y por ahí no paso. Mucho ánimo y mucha paciencia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Juli! En el caso de que yo tuviera que ser la madre biológica, no hubiera dicho que sí. De hecho, estamos teniendo muchas dificultades en la concepción y la gente me dice que por qué no gesto yo al bebé en vez de P. Pero esa sí que no es una opción para mí; está absolutamente descartada. Casi literalmente, no me sale de los ovarios. ¡Un besazo!

      Eliminar
  2. Yo tampoco concibo mi vida sin mi pareja, si tuviera que escoger entre dejarla y tener hijos, escogería la segunda opción, como hiciste tú.

    ¡Muchos ánimos en ese proceso! Besos :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias Hiro! Sí, para P. es irrenunciable tener hijos, y para mí es irrenunciable el estar con P.; bueno, salvo casos extremos, como que descubra que en realidad es una psicópata y aún no me haya dado cuenta, jajaja. ¡Besazo!

      Eliminar
  3. Os envidio profundamente el amor incondicional que todas vosotras teneis a vuestras parejas.
    Cuando era mas joven deseaba que me amaran así...y la verdad es que siempre he tenido suerte y me han amado asi...ahora con los años deseo ser yo la que ame de esa manera...otra vez.
    NOOR
    Pd: es una decisión tan dificil y complicada ..cuando una de la pareja quiere y otra no...es imposible dar consejos...cabeza o corazon...y cuando se ama como tu dices que amas a P...no hay opciones

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Noor! Muchas gracias por tu comentario. Entiendo perfectamente tu deseo de amar, porque es algo que llena de manera profunda y auténtica. Es decir, es una de las claves de la felicidad. Aunque creo que no tiene por qué reducirse al amor de pareja, sino que otros objetos de amor también pueden realizarnos profundamente. ¡Un besazo enorme!

      Eliminar
  4. A veces una tiene que hacer uso de una balanza para ver qué parte del problema nos pesa más. En este caso, has tomado la decisión de tener hijos porque lo preferías a estar sin tu pareja. Ahora mi consejo es que intentes mirar el lado positivo, la parte bonita de traer retoños al mundo.
    Ánimo y suerte.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Sofía! Muchísimas gracias por tu consejo. A pesar de todo lo que digo en el post de la descendencia, soy capaz de reconocer las cosas buenas que puede conllevar el tener un hijo, y reconozco que mi rechazo no es tan grande como parece. ¡Un besazo!

      Eliminar
  5. Me alegro que hayáis podido tomar una decisión. Seguro que no ha sido fácil y si en este momento te apetece, pues para adelante. A diferencia de Hiro y tú, quizá yo hubiera reaccionado diferente, pero eso nunca se sabe una vez se está dentro...

    Ánimos con la concepción, es un proceso duro cuando cuesta, intentad no obsesionaros. Tengo una amiga que estaban en la misma situación, y ella por nada del mundo quiso embarazarse cuando su mujer no podía. Es algo que cuesta de entender a la gente pero no dejes que los comentarios te afecten!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Nosu! Muchísimas gracias por tus palabras. La verdad es que ya paso totalmente de los comentarios a los que te refieres, pero sí que es verdad que alguna vez me han parecido un poco intrusivos (sobre todo cuando te lo dice alguien al que aprecias). ¡Un besazo y mucho ánimo también para tu amiga!

      Eliminar
  6. Desde mi punto de vista, has elegido bien. Plantearse la maternidad/paternidad es algo reciente, casi insólito entre las generaciones anteriores y supongo que tiene que ver con la naturaleza del tiempo en el que vivimos. Yo te hablo como padre, respeto a las parejas que no desean tener hijos, pero es lo único de lo que no me arrepiento. Con las dificultades lógicas, pero en eso consiste la vida. No sé por qué ha calado tanto la idea de "vida fácil", supongo que es uno de los efectos de esta sociedad hiperconsumista donde todo se compra y se desecha. En mi caso, siempre he tendido a racionalizar lo que no eran sino inseguridades. Mi mente se las ingeniaba para, ante un miedo, tejer toda una teoría con argumentaciones incuestionables. Pero no, por debajo había algo más primario.

    Esto lo escuché de boca de una mujer anónima, no recuerdo donde, fueron palabras cazadas al vuelo, no iban dirigidas a mí: "en esta vida uno solo busca amar y ser amado". La paternidad, desde luego, me ha dado qué amar y me siento querido por mis pequeños. También me ha puesto de frente con el verdadero sentido de la vida y con el miedo total, el de perder a las personas que más quieres. Me ha hecho madurar, en suma.

    Todo esto es mi experiencia personal, no quiero pontificar. Cada vez me da más miedo escribir comentarios, porque sin poder ver la reacción inmediata del otro la comunicación no es fácil.

    Espero que tengáis suerte con el proceso de concepción, con mi hijo mayor fue árduo y pocos consejos sirven. Paciencia.

    Por cierto, ¿te llegó el libro?

    Espero que pases un buen verano.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Gerando! Lo primero de todo, ¡sí, me llegó tu libro! No sabes cuánto te lo agradezco y siento que no te hayas enterado antes (te lo escribí en la contestación al comentario que publicaste en "Ruptura", pero debí haberte escrito en tu blog, perdona por el fallo). Todavía no he leído tu relato, porque estoy terminando otro libro, pero en cuanto lo lea te cuento mis impresiones.

      Lo segundo, muchísimas gracias por tus palabras. Valoro mucho tu perspectiva sobre la paternidad, porque he leído en tu blog lo que significa para ti y me parece de una autenticidad total. Que sepas que mi reacción inmediata ha sido de emoción, así que pontifica lo que quieras (además, eres muy respetuoso, no creo que a nadie le pueda sentar mal algo de lo que dices).

      ¡Yo también espero que pases un buen verano! Muchos besos.

      Eliminar
  7. Qué complicada decisión. No me atrevo a opinar. No soy capaz de ponerme en la situación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Paola! Sí, bastante complicadilla. Mejor que no puedas ponerte en la situación, porque eso quiere decir que no has tenido que pasar por esta circunstancia tan abrumadora. Ahora me siento más o menos en paz con la decisión que tomé, pero no siempre ha sido así. ¡Un besazo!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

DÍA MUNDIAL DE LA FILOSOFÍA

MONTAIGNE Y LA MORALIDAD DEL SUICIDIO

CENUTRIO