EL REGALO FERPECTO

Me alegro de que la Navidad haya terminado, porque es una época verdaderamente agotadora, especialmente en lo que se refiere a los regalos. De hecho, que en Navidad se regala, parece una premisa incuestionable. No lo es, desde luego y tengo el total convencimiento de que mucha gente optará por otros modelos diferentes que no impliquen comprar o crear cosas para otras personas. Yo regalo y también me regalan. Lo primero, regalar, me encanta, porque me gusta mucho sorprender y satisfacer a mis seres queridos. Lo segundo, que me regalen, ya no me agrada tanto. La razón principal, no me suelen gustar nada los regalos que me hacen. Sí, lo sé, y lo tengo asumido: soy una persona muy difícil para regalar, el terror de los amigos invisibles (si ves a alguien poniendo cara de mierda después de abrir su papelito en el reparto, es porque le he tocado yo seguro). El origen de esta dificultad radica en el hecho de que siempre le encuentro pegas a todo y creo que esta condición pejigue...